Son las personas las que definen un país, así como sus hábitos y su cultura. En Kirguistan hay sitios donde puedes cerrar los ojos por un tiempo pausado, volverlos a abrir y descubrir que estas en los mismos Alpes suizos, franceses o incluso volverlos a parpadear y creer que estas en medio de Fes del Atlas Marroquí…. por eso, lo que define un país no es su paisaje, ni tan siquiera las fronteras físicas que la propia naturaleza ha impuesto y el ser humano ha marcado en una carta llena de colores y lineas de citas y cotas de nivel,….son las personas.
Llevaba unos diez días rodando y mi estómago se encontraba mal. Mi falta de costumbre de armonizar el recorrido de mis vueltas de bielas, y quizás el agua sana, demasiado sana de los ríos, grandes ríos hizo que sufriera las inclemencias comunes de estos casos.
Iba de camino hacia Kazarman, por una ruta que me habia encontrado de casualidad. Habia mirado el mapa y sabía, pese a que allí había una indicación de dirección tal ruta no existía, o de momento aún. Unos 70 km de dura y agónica subidas entre camiones y obreros de la construcción de redes. Empresa China… jejjej, posiblemente la poca infraestructura y recurso de los Kirguis hagan recibir ayuda amiga, aunque en unos años sabremos a que precio. Llego a un puente que cruza un río que he ido dejando durante todo mi recorrido a mi izquierda, tal como si fuese compañero de aventuras y amante en el camino, pero de pronto alguien me corta mi trazada con un ruidoso golpe de cadena de eslabones forjados. No puedo creerlo, es un boicot previo pago, pero nada más lejos….. mi imagiacion volo por unos instantes recordando las historias de Mongolia donde o pagas o no pasas … el tramo que me queda esta dinamitandose para abrirse paso entre las senda de la montañas y los valles por descubrir… ohh. No puedo seguir, no puedo continuar, nadie sabe cuanto tiempo podría estar allí esperando y lo que es peor… todo ese tráfico de camiones cargados de piedras de canteras me hace sentir inseguro. Mi cabeza empieza a deambular, a pensar mas de la cuenta, pero mientras tanto decido dormir esa noche allí, junto a un almacén provisional de materiales de construccion de tubos prefabricados de hormigon que me darian cobijo para seguir pensando, para seguir soñando… aunque en cierto modo, por la nocturnidad confieso que nunca vi unas constelaciones tan maravillosas y claras …
Al día siguiente me pongo en marcha de retirada y deshacer el camino andado,… Mi gozo en un pozo voy pensando. Cuando llevo unos 60 km de retirada paso a través de un campamento de Yurtas, abajo, junto al río… en un lugar más que idílico deseable para mi estado de ánimo y gástrico 🙂
Tal como me bajo de la bici se establecer el diálogo prólogo de días anteriores con los niños… un «hello» profundo y marcado, a lo que les respondo con otro un poco más andaluz.
Symonds es el mayor. Es hijo de los dueños de las Yurtá, cuida que nada salga bajo control pese a sus cortos 10 años y mente futbolera barceloni, .. acérrimo seguidor de Messi por lo que ha podido ver de sus compañeros en la escuela de invierno y con un poco más de vocabulario inglés. Durante los dos días intentó enseñarle alguna palabra y frase para posibles turistas perdidos. Su ilusión es ser doctor… que cosas, yo necesito uno.
Le gusta aprender…. quiere aprender… desea aprender cosas, curiosidades y lo poco que le puedo aportar lo absorbe de inmediato.
Mirelotk es el mediano. El, junto a su hermano pequeño son los hijos se la mujer que cuida las estancias o campamento. Es creativo y ágil. Aprende rápido en imitar a los Hispalenses con un poético «que pasa mialma » kirguistani . Hizo un par de caricaturas sobre mi en un pequeño cuadernillo reciclado de hojas de colores desordenadas en tamaño y formato, cuál si fuera recolectados al instante. Simpático, demonio y «guerrillero»… recuerdo como al día siguiente iba a asustar a su madre por la espalda que en ese momento estaba cocinando. Su madre se percato de la posible tragedia y fue ella quien lo asustó. Debido al sobresalto del crío, este se golpeó en la rodilla con una piedra y grito de dolor tan alto que todas las aves salieron volando del lugar como si un ave rapaz acechara. La madre obvió el dolor tan rápido como el grito se desvanece en el aire cobijado por el caudaloso romper del agua del rio, como una lección por aprender, pero el chico, a los cinco minutos estaba maquinando como general de guerra del mismísimo Sun Tzu, una trampa para ella llena de estrategia. Preparaba un posible camino por donde su madre debía pasar… puso piedras para conducir la hacía la emboscada sin posibilidad de evasión, y en medio de ese sendero improvisado de color polvoriento cruzó una cuerda ejecutada de ramas ideada por las manos de un niño rebelde y astuto…. me recordó a mi de pequeño. Mente inquieta y maquine. Su madre nunca llegó a pasar, pero si la cabra soñadora que a la tarde sería degollada para alimentar almas en pena del lugar.
Y entre todo allí estaba el mas pequeño, Ertaik,… el mas callado y a la misma vez el mas expresivo. Atento a mis gestos y mis necesidades sin que tuviera que comunicarme con el. Se sentaba a mi lado de cuclillas, solo por observar, solo por mirarme y simplemente solo por hacerme compañía… hablábamos poco, lo justo, lo necesario para que nos entendiéramos y jugásemos a meter piedras en un circulo dibujado con compás en medio de la tierra,… lo justo para que me hiciera balancearlo en una rama que habría crecido y visto balancearse a sus hermanos y quien sabe mas… lo justo… solo lo justo.
Me traía tea para mi estomago, y me hacia comprender que era agua del rió hervida… que no temiera, que sabia de mi situación pese a su corta edad quizás por sus ya de años de adultos vividos. Yo mientras tanto cuidaba sus heridas quien sabe de que… quizás de guerras con la naturaleza o de picaduras de insectos. Afortunadamente entre mi equipaje siempre llevo un gran botiquín medico…. que chico¡¡¡ Recuerda a mi sobrino pequeño como vivía con todo lujo de detalles y se aburre constantemente… y el sin en cambio, con dos ramas y un balón era el mas feliz.
La fiesta de todos empezaba a las 7 de la tarde, cuando llegaba el «hombre de la casa» o en este caso de las Yurtas y hacia magia encendiendo en marcha un pequeño generador eléctrico… en ese momento todos gritaban de alegría… se hacia la luz, se hacia la Música. Porque lo mas excitante era escucha música de un celular con mp3, de todos los colores y sonidos, de todos los ritmos y cantares,…y los niños bailaban como si verbena fuese…. que alegría vivir con tan poco.
El día que me despedí de ellos, el mas pequeño de abrazo y lloro…. yo también, quizás mas que él pero los hombres no lo mostramos, o al menos eso dicen donde vivo… que ingenuos somos. Pero me llevo de recuerdo sus risas y su gesto de adiós con la palma de su mano y sus dedos meñique y anular recogidos, como señal de paz y amistad, como señal de un hasta la próxima amigo. Porque como todo pueblo Nomada…. en algún otro cruce de montaña nos volveremos a ver y recordar.
Suerte en tu vida pequeño.
Buscando imágenes por la web de cierto parque solar, he dado con tu blog. Ya he leído tu aventura por Kirguistan. Espero que tu estómago ya se haya recuperado. Muy interesante tu blog, cuando tenga un rato libre (allá por el 2020), le echare un buen vistazo. Un abrazo muy fuerte y que tus nuevas aventuras y proyectos vayan genial.
PD: Ahora entiendo el interés que tenias en el gimbal… ;D ;D ;D
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Jeeee….. ya sabes el motivo. Tranquilo, cuando tu baby te deje… lo primero es lo primero. Un abrazo ¡¡¡
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