Últimamente estoy retomando viejos hábitos que me hacían estar en paz conmigo mismo… escribir más, soñar, la fotografía y salir a descubrir el mundo.
Ahora, tras un breve duelo por la muerte de AVO tenía la necesidad de salir al mundo y recordarlo cuando salía conmigo a la montaña.
Un fin de semana corto en el parque nacional Pollino, en la provincia de Basilicata me hizo ver la vida desde la cota de las nubes… aprendiendo de nuevo.
La vida en las nubes
Después de vivir en tres países desde mi última entrada, España, Dominicana y ahora Italia estoy retomando la vida de la fotografía un poco más en serio.
Alguien una vez, me explicó que los «bichitos» tienen sus pulmones, su corazoncitos y su «vida»… y me despertó el reloj esa pequeña explicación de la Vida Macro.
Mientras estaba jugando y regocijandome de la teta de mi madre, escuche rumores.
No sabia muy bien lo que estaban hablando, pero mi madre de vez en cuando, levantaba su pesada oreja colgona, giraba lentamente le cuello y se concentra en entender. Algo pasa, algo va ha pasar Sobre este río Parana Argentino que es el lugar donde vivo.
Nuestro amo, .. ese que me ha visto nacer y que mi madre me contó que estaba en el parto hablaba con alguien por teléfono. Mientras lo hacia, clavo su mirada en mi, fría y penetrante y un presentimiento me invadió. Un frío tembloroso recorrió mi diminuto cuerpo, y mientras sucedía el asintió con la cabeza a la misma vez que con la voz por ese mecanismo endiablado al que llaman celular.
Nosotros no vivimos en meses, me explica mi madre, vivimos en experiencias repartidas en el tiempo, como lo hacían nuestros ancestros cuando aullaban a la luna, contando cuantas habian acumuado en su vida, cuantos inviernos habían pasado y cuantos calurosos incendios habían salvado.
Somo pocos, solo somos diez. Tres hermanos y siete hermanas… y todos hemos tenido esa misma sensación. Y digo pocos, aunque a mi me parece mucho cuando peleamos por la mejor teta, porque mi mama nos contó que una vez tuvimos 16 hermanos de golpe. Imaginate ¡¡¡ pelear con 16 para una teta de leche ¡¡¡ uffff
No hay que darle importancia me susurra mi madre que huele mi preocupacion. Seguro que todo saldra bien… ya lo veras Avo ¡¡.
Yo la miro y creo en ella… así que sigo riendo y ladrando con mis hermanos, mordiendo la teta de mi gran madre mientras ella sigue pegando su oreja a esas palabras humanas.
Mi escapada a España desde Argentina ha dado resultado. Añoraba la montaña tanto como ella me añoraba a mi, y es que viendo el pronostico del tiempo antes de ir, la idea de subir me resultaba inquietante… pero la ventana de buen tiempo entró para que pudiera pasar los últimos días del año donde me gusta…. allí, en mis Hoteles de Mil Estrellas para empezar una nueva Vida, para buscar una nueva vida.
La ruta era bien sencilla y conocida: Trevélez – Campiñuelos (Hotel Mil Estrellas) – Siete Laguna – Alcazaba – Sieste Laguna (Hotel Mil Estrellas) – Falso Mulhacen – Alto del Chorrillo – Trevélez.
Cada dia y cada noche, bajo la lluvia y tostado al sol, … borracho y sereno, hambriento y saciado,… exhausto y pleno, al amanecer y en el crepusculo, … en todas las facetas que me esta mostrando esta vida Ibera siento un Enamorarbolamiento de este compañero de soledad.
Cambiamos el logo y el nombre que me identifica. Todo promovido por aspectos nuevos personales, asi que comenzamos otras maneras de sentir el espacio.
Vida exploradorA 