Quizás vivo donde vivo, quizás intento perdurar en el tiempo tanto como me sea posible sin temor a no intentarlo, y es que como dice un buen amigo “emigrante” por causas de este mundo paralelo que no es real…. Eres un Robín Hood de los desfavorecidos y esa será tu perdición…..
Como David contra Goliat se levanta todo tipo de conspiraciones en este mundo, políticas, económicas, literarias y porque no…. Románticas arquitectónicas.
Y es que así he llamado a este término que me enamora cada vez que paseo por una calle y veo entre muros de hormigón y enjambres de cristales galvanizados edificios tan minúsculos que podría ser aplastado como tan abeja fuese frente a una palmada. Este tipo de figuras me apasionan, me enamoran, me hipnotizan y puedo sentarme hora y hora imaginando cual sería su historia, cuál es su historia y cuál es la historia que me gustase que fuese en el futuro.
Amante de la arquitectura minimalista siento verdadera endeblez por lo irracional de este tipo perdurable…. Que lleva a su dueño o su propietario a mantener su lucha bacteriana frente a los Goliat… que lleva a sus habitantes a permanecer allí frente a loterías escandalosas de dinero teniendo el boleto ganador:
¿Quizás el amor?
¿Quizás lo romántico?
¿Quizas un Robin Hood o un David?
Que nos lleva a eso… porque mi hogar, también es un David frente a Goliat.